
Cuelgas de esa delicada línea
que forma tu boca,
colocas tu mirada en mí
entre sollozos paulatinos
que suplican más tiempo.
Los senderos
nos llevan a ese lugar,
en el cual tú existes
solo en mi mente,
donde mis manos
no te tienen y,
en donde me sobra
tantísimo espacio.
El tiempo distante,
dos espacios vacíos
que deben llenarse
con el recuerdo
de nuestra respiración.

Versos para dar luz a la noche oscura del viernes. Muy bueno.
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Muchas gracias, macalder02. Agradezco tu comentario.
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