Escribir,
mirar en silencio
y tocar el suelo,
otra vez.
Volar sin alas,
ese tacto sensible
sin despedida,
jugando con el sol
y tus ojos mirando hacia mí.
Acaricio el viento
descifrando palabras,
ese atardecer
y el amor.
Escribo lo que siento,
mirando lentamente
para sentirme más viva.