Salía luz de su boca
aunque no pudiese hablar,
y reía con una inmensa urgencia
de vivir,
él contemplaba sus labios
y la abrazaba con su risa,
su complicidad no conocía los límites.
Algo de ella
se impregnó en mi piel,
y hasta hoy lo recordé.
Si te pegó en la piel, muy difícil de olvidar. Muy bueno tu poema.
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¡Hola macalder02! Gracias por leerme :).
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