
Te unes a mi cintura
como si fuese a irme
a algún otro lugar,
y ese lugar eres tú
pero no lo sabes.
Los dedos de tus pies
murmuran en los míos,
y en la cama
todo es como un baile
donde encuentro todo
lo que mis ojos
no alcanzan a ver
en ningún otro sitio.
Cualquier día de la semana
parece un domingo
en tu sonrisa,
pero ningún domingo
sabe igual que hoy
o que hace veintisiete días.
Eres mi casa.
Eres mis ganas de dormir.
Eres la canción que aún no descubro.
Eres las yemas de mis dedos
escribiendo poesía.
Eres los días que río.
Eres los días de lluvia.
Eres las flores.
Eres los días que existo
y los días que muero un poco,
Eres,
siempre eres,
aunque no sea domingo.

👍👍
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Muy buenos versos, Luisa.
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